Peeling
El peeling consiste en la aplicación de procedimientos químicos o físicos con el objetivo de mejorar la apariencia y textura de la piel, mediante la destrucción de tejidos, para permitir la creación de nuevas capas de la dermis y la epidermis. La base de esta técnica reside en provocar la muerte del tejido dañado para que luego la piel se regenere a partir de las capas más profundas de la dermis y de folículos pilosos no dañados.
El peeling sirve para tratar diversas lesiones cutáneas que se producen por diferentes causas, como cicatrices moderadas derivadas del acné, manchas, arrugas, queratosis solares y lentigos faciales.
Según la técnica utilizada
Atendiendo a los procedimientos que se empleen para renovar los tejidos de la piel, se puede distinguir entre:
Peeling mecánico: También llamado dermoabrasión o exfoliación mecánica. Esta técnica consiste en la utilización de un dispositivo mecánico que posee dos cabezales de acero que giran a altas revoluciones sobre la piel. El movimiento de los cabezales permite obtener una exfoliación muy suave y superficial con el que se logra una regeneración celular y se incrementa la producción de colágeno. Con esta técnica se puede conseguir un incremento en la elasticidad y tono de la piel.
Peeling químico: La quimioexfoliación o peeling químico consiste en la aplicación controlada de sustancias químicas corrosivas para la piel con el fin de producir la eliminación de la epidermis y de partes variables de la dermis que, posteriormente, serán reemplazadas por otras nuevas.